Me dices que el teatro te gusta y que no puedes ni pensar en dedicarte a otra cosa. 'Me di cuenta, por fin, de que podía ser feliz' me confiesas, tratando de describir ese momento bendito en el que sentiste que tu vida finalmente tomaba un rumbo ilusionado. 'Se te ha metido el bichito del Teatro' te diríamos los que ya sabemos que, a partir de ahora, el Teatro habrá de ser el único arte y la única profesión con las que querrás alimentar tu alma y sostener tu cuerpo toda tu vida.
(...)
Dedícate al Teatro, entonces. Sin miedo. Te gusta, y no tienes más remedio, porque el bichito te ha picado. Más te vale emprender tu carrera teatral. Acepta ese papel, matricúlate en ese taller, preséntate a ese examen, diles a tus padres y a tu novia que toda tu vida serás teatrero. Diles que sólo así serás feliz. Les estarás diciendo la verdad. Porque una persona con el bichito del Teatro dentro, no puede hacer nada más que Teatro para sentirse verdadera y totalmente feliz. Toda, todita su vida.
Alonso Alegría
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