lunes, 14 de julio de 2014

La calle; una estética expandida a la manera de la performance

Foto: Blog El Cuerpo Habla
El deseo de la calle, el riesgo cotidiano de andar sus esquinas, asaltar los bares, cantinas, se apodera de los sujetos. Entender este desconcierto, disfrutar de los objetos recogidos en cada salida y crear la versión del palimpsesto en que se han convertido las ciudades: una camada de colillas, pavimento, chicles en las suelas que dejan cada vez un pegote más en la acera, pedazos de papel, cajetillas, vómitos de sangre, cacas de perro y de humano, bolsas de plástico, gotas de semen, humo, un palo, una moneda de 50 pesos, es un episodio cada vez más frecuente.

Las calles recogen todo y lo integran a su asfalto, se metamorfosean, cambian de colores desde el gris al rojo vivo, pasan por el verde, el lila y el morado. Pero la figura de la vía no deriva sola, falta quien pueda falsear la escritura, permitir otro nido, otro nicho, otro espacio, otro tejido, en fin, falta también el otro…

Ángela Chaverra
(Texto completo aquí)

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