Por: José Ricardo Alzate
@voypateatroElenco: Norma Leal y Marlly Yulieth López
Esta obra la presenciamos en Casa del Teatro de Medellín, el pasado 5 de junio. Me vi felizmente sorprendido de ver la sala llena, con sobrecupo para esta función; una muy buena noticia para las actrices y una mejor disposición del público.
La idea original, texto, dirección y producción de la obra es toda de Norma Leal, artista con formación en música, danza, actuación y canto. Es un montaje con un toque autobiográfico, donde el tango es protagonista, en especial el “tango Queer”, que es la transgresión en general a las normas del popular baile, desde la tradición machista de que el hombre es quien conduce o en este caso, que hay alguien que dirige el baile en pareja, porque, para empezar, ni siquiera hay hombres en esta pieza, que es representada por dos mujeres.
La directora denomina este trabajo como un tango cabaret, lo llama también como “mezcolanza”, de música, danza, canto, actuación y audiovisual. Es una obra con una historia muy sencilla, que funciona como excusa para llevar a escena una postura crítica sobre el tango y sobre las relaciones entre mujeres, en medio de una sociedad que cree que lo heterosexual es la norma. Del texto podría decir que es confesional y cotidiano: dice de manera directa lo que una lesbiana piensa del amor y del deseo.
Esta obra tiene varios puntos fuertes, en especial la plasticidad de los cuerpos de las actrices en las escenas de danza y también las voces en las de canto. Le da uno lástima que canten tan poquito, con tan buenas voces y el efecto que logran con ellas. Es de agradecer que la musicalización reúna tangos que no son de tanto dominio público y que incluso, introduzcan algo de neotango y de fusiones.
Creo que si algo me puso a pensar en esta obra, es la diferencia abismal que existe entre las posturas masculina y la femenina sobre la idea de lo erótico. Por lo general, cuando se propone una escena erótica teatral, suele irse directo al grano, a la acción y a lo obvio: el desnudo. En “Humanidad” se ve una postura franca de la erótica femenina: no todo se muestra, es más lo que se insinúa, hay postergación y preámbulo, pero sobre todo, hay mucha palabra y por eso creo logran dar en el punto G de las chicas que buscan este tipo de temas dentro del teatro, al tiempo que nos dan una pequeña lección a los chicos que vamos a verlas.
Esta diferencia la encuentro incluso cuando pienso en otras propuestas de teatro con temática gay entre hombres, por más que sean homosexuales, siguen siendo masculinos en su comportamiento erótico. En últimas, creo que muchas veces he visto escenas sexuales que no tienen mucho de erótico.
Hay que destacar el trabajo actoral de Marlly López en la obra, que logra ser encantadora con su voz y su manejo corporal. Sobre su personaje recae mucho del efecto que logra la obra en los espectadores, es un personaje sencillo pero muy honesto en su representación.
Sí hay algo que, con todo respeto, considero que le sobra a la obra y es el video, parece que tiene la intención de mantener la linealidad en la historia, pero sin él todo se entiende igual y no habría ese corte extraño de una escena teatral a una audiovisual. Hay un dicho muy popular en el teatro: “en el escenario pueden faltar muchas cosas, pero nada debe sobrar”. De paso podrían quitarse de encima el peso de ajustar las proyecciones y hacer mucho más sencillo el montaje.
Continuando con lo técnico, la iluminación es básica y cumple bien con su función, pero podría ser un elemento mucho mejor aprovechado para ambientar las escenas de baile y ganar mayor impacto visual o incluso más sentidos y símbolos.
En general, es una obra muy entretenida, con punto altos, que se deja ver fácil y la verdad, se nos hizo muy corta la función, lo cual habla muy bien de su ritmo, ya que dura un poco más de la hora. Pienso que su éxito con el público se basa no solo en su formato, también en su tema: no hay obras que hablen sobre las intrincadas relaciones entre dos mujeres, sobre lo que ellas piensan y desean del amor. Esta obra estará en temporada una semana más en Casa del Teatro, para que vayan a verla.
Opinión de la invitada
La invitada a esta función fue Sara Ortega Ramírez, publicista y estudiante de Antropología de la Universidad de Antioquia. Tiene 26 años y le gusta ir sola a teatro. Coincidimos en muchas de las apreciaciones que hice más arriba, es más, debo darle mucho del crédito sobre lo escrito. Estas fueron sus opiniones sobre “Humanidad”:
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