miércoles, 15 de julio de 2015

Sobre “Al borde” de Infusión Colectivo Teatral

No hay una única postura desde la que deba verse una obra de teatro, tampoco tratándose de un espectáculo de clown, que por algo es tan complejo, completo y apasionante el estudio de sus técnicas. Sin embargo, así como en el teatro dramático se le puede preguntar a un asistente (subjetivamente, claro está) si le gustó una obra, en el teatro clown la pregunta fundamental debe ser “¿te divertiste?”.

Hay muchas cosas interesantes para conocer antes de ver una obra de teatro clown, la primera es que la popular nariz roja es en realidad una máscara, la más pequeña de todas las máscaras. Y si bien para el universo del clown esta nariz es su mayor símbolo, no necesariamente implica que siempre se deba usar: hacer clown es mucho más que solo ponerse una nariz. En realidad el clown es tantas cosas que en este breve comentario no alcanzaríamos a resumirlo, pero podría rescatar algunas palabras que le he escuchado a Ana Milena Velásquez, profesora de teatro la UdeA y la única doctorada en clown de nuestro país: el payaso es honesto, humilde, experto en fracasar con dignidad y alegre, muy alegre.

Todas las obras de clown tienen un postulado y creo que “Al borde” es un interesante juego escénico, desde ese “fracasar” con estilo, sobre el cuerpo y el movimiento, con cuadros de danza “clowntemporánea”, transformación de los actores, los objetos y propuestas de situaciones absurdas. La estructura de la obra es una serie de números cortos, con pequeñas historias que cuentan los actores en escena y con muy rápidos cambios de escenas.

Los cuadros que componen la obra no tratan sobre un solo tema, pero el que está más presente en todos es la danza, en muchas formas y si bien la parodian, lo cierto es que logran también un nivel de virtuosismo en su ejecución, que da para pensar que hasta podrían hacerlo en serio… bueno, en realidad lo hacen, es un ballet clown de mucha seriedad.

La relación con el espectador es otro aspecto fundamental de esta forma de teatro: el clown hace del espectador parte de la obra. En esta característica, guarda una estrecha relación con la cuentería, esa de que se cuenta con el otro y no para el otro. Si bien en esta obra hay un permanente contacto de los personajes con los espectadores, destaco que siempre es respetuoso y ameno: se comparte comida, se cruzan miradas y hay comunicación entre los que están en el escenario y los que estamos en las butacas, les preguntas y ellos siempre contestan.

Respondiendo a la pregunta inicial, hay que decir que la obra es muy divertida, sobre todo en los fragmentos en que parodian las danzas y en especial la contemporánea, a pesar de que siento que fue muy corta para mi gusto y creo que podrían explotar más esa veta para lograr mayor desarrollo de la historia y de situaciones. Las relaciones entre los personajes clown son otro acierto de esta obra: como se miran entre ellos y al público, como interactúan para desenvolver las tramas. Los cambios de escenas, cuando se pasa de un cuadro a otro y hay que ordenar de nuevo el escenario, también están bien logrados y son otro aspecto para tener en cuenta al momento de disfrutar esta obra.

Hay una escena que hace referencia a zombis y en especial a la serie “The walking dead”, pero tengo que confesar que, si mucho, he visto medio capítulo, por lo que referencias de este tipo pueden pasar desapercibidas para personas, que, como yo, no somos seguidores de la serie. En este cuadro los personajes están muy bien caracterizados en su vestuario y sus movimientos, pero la verdad es que también hace falta alguna solución para el maquillaje… están muy frescos para estar muertos.

“Al borde” es apta para todo tipo de público, es sencilla, divertida y se pasa un buen momento. Este tipo de obra es adecuada para personas que han visto poco o nada de teatro y desean una buena experiencia inicial. Además, la recomiendo especialmente para bailarines, ya que si tienen buen humor y disposición autocrítica, en verdad que pasarán un momento memorable.

Opinión de la invitada:
Nuestra invitada fue Yasurani Arboleda. Ella es egresada de antropología, trabaja en el área administrativa de la empresa de su familia, tiene 27 años y ésta es la tercera obra teatral que ha visto en su vida. Es además la persona que más veces se ha inscrito a través de nuestro formulario web para participar de esta sección, desde que iniciamos “Voy pa’ teatro”. De seguro seguirá yendo a teatro, pero lo más importante es que aquí nos ha dejado su valiosa opinión:


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