Nos fuimos a visitar el corazón de la sala de Corporación Ziruma, que queda en el barrio Villa Hermosa, muy cerca del centro de Medellín. Esta casa, con historias de fantasmas a bordo, ha sido un espacio vital para los habitantes de este barrio. Allí llegó Juan Álvaro Romero con su incipiente "entable", hace seis años. Hoy, son dos pisos, un sótano, una sala para cien personas, un café para recibir el público, salas para la música, para el descanso y para la creación.
Y aunque inicialmente se trataba sólo de una casa - taller, la historia de la sala comenzó con un performance que escandalizó a muchas y sedujo a muchos (estudiantes de la U. de A. que se desnudaron), y fue a partir de ese experimento con público que la comunidad comenzó a preguntar por un teatro, por programación cultural. Y, seis años después, este es el resultado.
(Para escuchar el audio, ir hasta el final)
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