“De lo que no me di cuenta en ese momento, fue que en realidad eran las mentes y los méritos de los invisibles titiriteros los que en realidad me habían manipulado inteligentemente, a mi y al resto del público, para convencernos de su mundo de fantasía. ¿Cómo lo hicieron? Ahora sé que un titiritero manipula a sus títeres para manipular a su público. Y si el titiritero lo logra, es sólo porque su público quería ser manipulado. Los títeres son la clave en este intercambio sutil de comunicación entre el titiritero y el público”.
Neville Tranter
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