domingo, 30 de agosto de 2015

Comentario Express*: “El jardín de las víboras”

Por: José Ricardo Alzate

Obra: “El jardín de las víboras”
Grupo: Teatro Tespys (El Carmen de Viboral)
¿Dónde la vio? En Oficina Central de los Sueños
¿Cuándo? Sábado 30 de agosto de 2015.

Ayer, antes de entrar a función en la Oficina Central de los Sueños, recordé que la única obra que había visto de Tespys fue hace como quince años en un Festival de Teatro de El Carmen de Viboral, “El monte calvo”, en una dignísima versión que me conmovió tanto, que después de todos estos años todavía la recuerdo.

Quince años después las búsquedas son otras y ahora los veo con un lenguaje un poco más experimental, explorando nuevos temas y sobre todo, creando a partir de su propio contexto. Ayer vimos una obra que partió de un proceso de creación colectiva del grupo, con una investigación de historias del pueblo de El Carmen de Viboral, que además fue un proyecto ganador de beca de creación del Instituto de Cultura y Patrimonio de la gobernación de Antioquia.

Una serie de cuadros e historias separadas, sencillas, pintorescas y universales. No falta el cura, la tienda, la procesión, la comedia de confusiones, un par de dramas y alguna travesura colegial. Muchas historias con final en punta o abierto, otras solo una semblanza, algunas solo una imagen o una situación. Una obra sencilla, con una mezcla entre lenguajes experimentales y convencionales, que evoca algo del espíritu del teatro costumbrista, pero solo algo.

Al principio de la obra aparece un enorme muñeco, de tamaño real, manipulado por dos actores, que suelta además un par de líneas muy bellas, don Darío: un personaje muy interesante, del que quedamos esperando más que tres apariciones, la apertura y el cierre.


Destacan en la obra una bella escena donde el tema es su loza tradicional, que tienen que ver, una imagen simple y contundente, como las cosas bonitas. Hay un elenco muy interesante de actores que tiene escenas bien logradas. Es un breve retrato de la realidad carmelitana, una pintura de un bello pueblo. Después de verla salí tranquilo y con ganas de darme una pasada por El Carmen de Viboral.

*Comentario Express es un ejercicio que queremos hacer durante la Fiesta de las Artes Escénicas y que consiste en escribir, tan pronto como podamos, nuestras apreciaciones y emociones con respecto a las obras que vamos viendo. ¡Esperamos que lo disfruten!

viernes, 28 de agosto de 2015

Comentario Express*: Mariela Navas

Por: Andrea Giraldo García

Obra: Mariela Navas
Grupo: La Máquina Poética (España)
¿Dónde la vio? En Exfanfarria Teatro
¿Cuándo? El jueves 27 de agosto

Mariela Navas fue víctima del conflicto armado colombiano desde 1998 hasta 2012, y aún hoy continúa padeciendo los efectos del desplazamiento al que fueron forzados ella, su esposo y sus dos hijos, cuando debieron abandonar su casa y todas sus pertenencias en un municipio antioqueño, viéndose obligados a vivir en el agreste ambiente urbano – primero, Medellín y luego, “La Capital”.

A diferencia de otras obras “interactivas”, en las que el público es sometido a una especie de ridiculización por parte de quienes realizan la obra, “Mariela Navas”, del Teatro La Máquina Poética, de España, vincula al público en sus relatos de una forma amigable y que invita a estar mucho más conectados con lo que ocurre en el escenario. 

Durante aproximadamente una hora, Mariela relata su historia a “la visita” (los espectadores), utilizando una narrativa que le permite ir y regresar en el tiempo, de modo que es posible observar los contrastes entre su niñez feliz, junto con su hermano, ahora desaparecido por causa de un grupo armado (¿legal o ilegal?) y su vida de mujer adulta (poco más de 20 años), casada y con dos hijos; entre su vida como campesina y su vida como desplazada en la ciudad.

Creo que esta obra muestra un reclamo social y político frente a la realidad de los numerosos desplazados que ha dejado el conflicto armado en el país. El hecho de haber sido violada, desplazada, de haber perdido familiares y amigos, no puede ser ahora una razón para detenerse en la vida; es necesario continuar cada mañana, no importa dónde ni cómo, hay que seguir. Me impactó inmensamente el texto y, sobretodo, la forma en que éste personaje lo transmitía: una mujer hablando de ese pasado, con la misma serenidad con que saludó a su visita y se dispuso a servirnos tinto y a amasar arepas. Me rehúso a creer que sea posible hablar de esa manera después de haber sido víctima en este país. Me rehúso a creer que ante el silenciamiento de tantas voces la única esperanza material sea la voz del río (recuerdo aquí esa impresionante obra del Teatro La Candelaria, “Si el río hablara”) cuando éste deje salir a todos los que han sido arrojados en él.

Asimismo, me rehúso a creer en una política que no incluye a las víctimas. En cierto momento de la obra, pensé que se trataba de un rechazo hacia el proceso de paz que se desarrolla actualmente, pero al finalizar, una voz en off confirma el apoyo de Mariela – de todas las “Marielas” – a este proceso. Sin embargo, la esperanza de un futuro en paz está atravesada por la rabia y el desconsuelo que siente esta mujer al ver que es más fácil que en las negociaciones estén los victimarios que las víctimas.

Esta obra, dedicada a todas esas Marielas Navas que hay en Colombia, es un contundente llamado de atención para no olvidar, para hacer memoria, para evitar que se repitan las incontables atrocidades con que este conflicto ha dejado su huella en el país.

*Comentario Express es un ejercicio que queremos hacer durante la Fiesta de las Artes Escénicas y que consiste en escribir, tan pronto como podamos, nuestras apreciaciones y emociones con respecto a las obras que vamos viendo. ¡Esperamos que lo disfruten!

Comentario Express*: El Percusionista

Por: Laura Giraldo García

Foto: Medellín en Escena
Obra: El Percusionista
Artista: Gorsy Edú
¿ Dónde la vio? En el Teatro Camilo Torres
¿Cuándo? El jueves 27 de agosto


“Esos son los seres en los que hay que creer”, me susurró al oído mi amiga con quien fui a ver esta obra. Se trata de El percusionista del africano Gorsy Edú, propuesta escénica que está, por segunda vez, de visita en nuestra ciudad. Ya el año pasado me habían llegado rumores de que era una hermosa función y este año me llegó la noticia de que estaría de nuevo, ya no sólo con una o dos presentaciones sino muchas más y en diferentes escenarios. Quise hacer, entonces, un alto en mi rutina para ir a disfrutar de una obra que me prometía música, movimiento y sonrisas.

Y es que el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, va llegando a uno de una manera mágica, susurrando a nuestro oído, tal y como lo hizo mi amiga, ideas, preguntas, palabras que llegan a nuestro corazón y no sólo se quedan en nuestros oídos; así como lo repetía Gorsy en su función cuando se refería a sus instrumentos, los personajes de su obra. Un llamado a la esperanza, diría yo, es El percusionista, una esperanza que vuelve sobre la naturaleza, sobre el arte y la musicalidad. Recuerdo aquí una de las tantas cosas bellas que dice el actor: además de agua, tierra, fuego y aire, la naturaleza cuenta con un quinto elemento: el ritmo.

Con El percusionista fue posible hacer un viaje por los sonidos de los ancestros africanos. Mientras Gorsy va contando un poco sobre la historia de su abuelo y al mismo tiempo sobre la historia de su vida, nos va llevando (a los espectadores) a su música, va presentando sus instrumentos y nos involucra, directamente, con algunos cánticos, algunas palabras y algunas melodías que hacen parte de su cultura y de su ser.

Pero así como nos hace creer de nuevo en algo, en esa magia de la vida y del alma que podemos encontrar en nuestro propio cuerpo, la obra también nos hace recordar la manera en que el ser humano ha venido olvidándose de sí mismo, de esta potencial magia que hay en todos, de ese tempo que es movimiento por ese tiempo que es rapidez. Gorsy nos recuerda que los tiempos han venido cambiando y, con ello, el hombre y su poder destructor.

v Compartir palabras, escuchar la naturaleza, danzar, hacer música con nuestro cuerpo, recordar a nuestros abuelos, conversar con ellos, volver a nuestra propia historia, son sólo algunas de las ideas que resonaron en mi corazón durante y después de esta función…son ellas con las cuales quiero quedarme y con las cuales quisiera seguir viviendo…"hasta que despierte" también como lo expresaba Gorsy cuando estaba al son de su propia música.

*Comentario Express es un ejercicio que queremos hacer durante la Fiesta de las Artes Escénicas y que consiste en escribir, tan pronto como podamos, nuestras apreciaciones y emociones con respecto a las obras que vamos viendo. ¡Esperamos que lo disfruten!

Comentario Express*: El silencio

Por: Jenny Giraldo García

Foto: Sara Jurado / Medellín en Escena

Obra: El silencio
Grupo: Teatro del Presagio
¿Dónde la vio? En Oficina Central de los Sueños
¿Cuándo? El jueves 27 de agosto


Siempre, al salir de una obra de teatro, uno se hace la pregunta: ¿Me gustó? Luego aparece una variación importante de esa pregunta: ¿Qué me gustó? ¿Qué no me gustó? Porque es que cada obra es la conjunción de muchos seres y sentidos, de muchas miradas; no importa que no se inscriban dentro del colombianísimo modelo de creación colectiva, en toda obra teatral hay algo de colectivo, y como colectivo se supone diverso y por diverso resulta difícil ‘juzgarla’ como unidad.

Así que vamos por partes: lo primero que llama la atención es la metateatralidad de la propuesta; ahí el público ya entra en otra lógica de observación, una lógica más fragmentada. Un grupo de actores está encerrado ensayando una obra cuyo final aún no existe, pero el encierro es casi obligado; la guerra truena afuera y ellos, los actores, tienen miedo de salir a la calle. Estos fragmentos tienen un buen sentido del humor… para otros actores de teatro o conocedores de conceptos o nombres como “Teatro de la crueldad”, “Stanislavski”, “distanciamiento” o “Teatro de imagen”. La sala de la Oficina estaba llena de –entre ellos– colegas y seguro que muchos se sintieron muy identificados con las técnicas del ensayo y, al comprender lo que escuchaban, seguro que disfrutaron mucho más la obra que un espectador común. Sin embargo, al mismo tiempo, resulta interesante la “lección” teatral en la que a veces se convierte.

Ahora bien, este grupo de actores ensaya una obra que cuenta, a través de cuadros, historias del conflicto armado en la ciudad. Desplazamiento forzado, atentados contra población civil, paramilitarismo, extorsiones, asesinatos selectivos: lo más macabro de la guerra colombiana es plasmado en una suerte de microhistorias donde cada una resulta más cruel y dolorosa que la anterior. Uno ve entonces unos actores y un director comprometidos social y políticamente, que denuncian lo que está ya dicho y es bien sabido pero que sigue siendo el pan mohoso que nos seguimos comiendo cada día.

Espacios y recursos mínimos, símbolos poderosos como la bomba que estalla con una navaja para hablar del asesinato de un niño cuyo único compromiso con el mundo era correr de aquí para allá, Pedrito, se llamaba. “Esa escena me pone muy mal”, dice el actor haciendo de actor y todos nos ponemos mal, porque la muerte violenta de los niños colombianos nos duele y es de esas realidades a las que cada día tenemos que sobreponernos. La obra fue escrita y montada por primera vez hace 15 años, se fue al baúl hace unos siete y apenas está volviendo a escena, pero las situaciones retratadas siguen vigentes y eso es lo más duele. Como espectadora me moví y me conmoví, tragué saliva, cerré los ojos, me arrepentí de ese silencio cómplice que todos guardamos y corroboré, una vez más, que por más que los artistas pregonen que su arte no está obligado a servir, sí sirve, sí nos pone a reflexionar, sí nos dice una que otra verdad.

Bien por Teatro del Presagio que desempolvó esta obra.
Mal por Colombia que se sigue repitiendo en la infamia.

*Comentario Express es un ejercicio que queremos hacer durante la Fiesta de las Artes Escénicas y que consiste en escribir, tan pronto como podamos, nuestras apreciaciones y emociones con respecto a las obras que vamos viendo. ¡Esperamos que lo disfruten!

jueves, 27 de agosto de 2015

Gorsy Edu en Medellín



Desde Guinea Ecuatorial, único país hispanoparalante del continente africano, llegó este percusionista que todo lo aprendió de su abuelo. Viene a la Fiesta de las Artes Escénicas por segunda vez, cocinó con los amigos de Medellín en Escena y la programación incluye funciones de su espectáculo en varios lugares de la ciudad.

lunes, 24 de agosto de 2015

Comentario Express*: Días de ayuno

Por: Jenny Giraldo García

Foto: Gabriel Ortiz / Medellín en Escena
Obra: Días de ayuno
Grupo: La Rueda Flotante
¿Dónde la vio? En Exfanfarria Teatro
¿Cuándo? El sábado 22 de agosto


¡Tan bueno cómo van llegando a uno los textos, las obras, las películas! Gracias al azar, el sábado en la tarde me crucé con un cuento de Kafka llamado Comunidad y, esa misma noche, al revisar la programación de la Onceava Fiesta de las Artes Escénicas, decidí pasar por Exfanfarria Teatro a ver el trabajo de Juan Diego Zuluaga (La Rueda Flotante) llamado “Días de Ayuno”, una obra basada en Los artistas del hambre, de Kafka; una versión “libérrima”, dicen ellos.

Cuando hablo de ellos me refiero al actor (Juan Diego Zuluaga) y al director (Fernando Zapata). El cuerpo de este actor llena el espacio escénico, a pesar de la precariedad de las escenografías; claro que esto lo digo por su otra obra: “Abrazo mortal”, en la que el escenario tiene una puerta de madera a través de la cual se va narrando la historia, un monólogo sencillo y conmovedor que habla de los amores y desamores entre los hombres y, también, de esos amores que surgen entre generaciones y que duelen y que matan.

En este caso la escenografía es diferente y muy coherente con la estética de Exfanfarria, Tacia’e Plata y Fernando Zapata. Siempre me ha parecido algo así como una ‘estética de la suciedad’, en la que predomina el desorden, la decadencia, la fealdad y que, en muchos casos, molesta e incomoda al espectador; una sensación que se me hace afortunada cuando la intención del director es precisamente esa. Esa sensación de suciedad también la sentí en la sonoridad elegida para la obra; una suerte de cajita de música circense y unos elefantes que sonaron todo el tiempo ensuciando también la atmósfera.

Volviendo al cuerpo de Juan Diego, sus movimientos son precisos, es posible ver la resistencia de sus piernas, la fuerza de sus brazos y la respiración mesurada que se adivina en el movimiento de su estómago. No sé, pero imagino que cuando Fernando Zapata tenía su edad, así mismo debía ser su cuerpo. 

El texto del monólogo puede ser leído como una ridiculización del arte hecho espectáculo; habla de los artistas que ruñen sus propios callos dándole así la entrada a las ratas que, al ver que se alimentan ellos de sus propios pies, de su propia piel, esperan el momento adecuado para ruñir también. Afirmaciones y preguntas que se plantean, además, en el contexto de un festival de teatro de ciudad y que es, entonces, inevitable que ocupen un espacio en la memoria, pues hablan del papel del arte, del lugar del artista en la sociedad o en esa sociedad de artistas que ellos mismos han construido: “Cada uno es artista cuando le toca”, afirma el ser-artista que está en medio del escenario. ¿Escenario, jaula o prisión?, se pregunta él ante el público. ¿Público? Somos “mecenas, mantenedores” del quehacer teatral de un personaje-actor que se siente encadenado a su propia miseria, la miseria del arte.

Quizás Juan Diego Zuluaga tiene la tarea de seguir en su propia búsqueda, de ir recorriendo sus propios caminos y transitando por sus propios errores; pues aunque es indudable que cuenta con un gran maestro, sería una gran pérdida que reprodujera por los años de los años ese teatro que ya reconocemos en los grupos de Fernando y nos privara, en algún momento de su existencia artística, de eso que tiene adentro y que a lo mejor aún no termina de reconocer. Mientras tanto, que siga aprovechando la compañía y la casa que tan amorosamente le han brindado en Exfanfarria


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Comentario Express*: Angelitos Empantanados

Por: Andrea Giraldo García


Foto: Sara Jurado / Medellín en Escena

Obra: Angelitos Empantanados
Grupo: Matacandelas
¿Dónde la vio? En el Teatro Pablo Tobón 
¿Cuándo? El sábado 22 de agosto


Para conmemorar los 20 años del estreno de la obra Angelitos Empantanados, creada y dirigida por el Teatro Matacandelas y basada en la novela del mismo nombre escrita por Andrés Caicedo, la Onceava Fiesta de las Artes Escénicas llevó a uno de los teatros más grandes de la ciudad, el Pablo Tobón Uribe, su puesta en escena.

La sensación de ver “Angelitos” desde la parte trasera de un teatro tan grande como éste es bastante distinta de aquella que experimenté la primera vez que la vi (en la segunda fila de aquella “salita” del Matacandelas, que ahora se encuentra demolida para dar paso a una con mejores condiciones técnicas).

Esta vez pude captar un efecto visual –no sé si “luminotécnico” sea la palabra más adecuada– que, tal vez, la distancia que me separaba del escenario me permitió ver como no lo había hecho las 5 ó 6 veces anteriores: la protagonista de la obra, Angelita, se enmudece ante la voz de su “fantasma” y el protagonista, Miguel Ángel –o Angelito, como lo llamó Berenice– lo hace ante el recuerdo de la voz de su madre; en ambos momentos la combinación de luces hace que los personajes mudos empalidezcan y esto me recordó la sensación de una película “a blanco y negro”. Fue un efecto y una sensación que me atraparon aún más en lo que ocurría en este escenario.

Como siempre, la energía de un grupo como el Matacandelas, la combinación de salsa, rock, luces, fragmentos de otras obras de Caicedo, El Pretendiente, Cali, teatro, estridencia, serán razones para que esta obra logre cautivarme, para que cada vez que termine de verla piense “¿cuándo será la próxima?”, para antojarme de salir corriendo a releer a Caicedo y para sentir un poquito de nostalgia por no haber vivido en aquélla Cali de los años 60.


*Comentario Express es un ejercicio que queremos hacer durante la Fiesta de las Artes Escénicas y que consiste en escribir, tan pronto como podamos, nuestras apreciaciones y emociones con respecto a las obras que vamos viendo. ¡Esperamos que lo disfruten!

domingo, 23 de agosto de 2015

Comentario Express*: La voz

Por: Laura Giraldo

Obra: La voz (versión libre para danza) 
Dirección y coreografía: Jhon Jairo Jaramillo S.
¿Dónde la vio? En el Teatro Popular de Medellín
¿Cuándo? El viernes 21 de agosto

La voz, una propuesta de danza contemporánea basada en la obra “La voz humana”, de Jean Cocteau, fue la primera obra que vi en esta onceava versión de la Fiesta de las Artes Escénicas. En compañía de una amiga fui al Teatro Popular de Medellín con el fin de buscar aquel placer que casi siempre me ofrece este tipo de danza. La voz no fue una excepción; fue éste, pues, un buen comienzo de “mi” Fiesta de las Artes Escénicas.

Durante la puesta en escena pude percibir cinco cuerpos cargados de angustia, de movimientos que buscaban algo… que esperaban algo. Y a ellas (dos cuerpos femeninos) pude escucharles y verles su llanto, sus gemidos, también esa espera, pero una espera con más sentimiento, quizás con más dolor.

Fue muy hermoso ver cómo, a veces, cada uno de estos cuerpos que danzaba en medio de ese escenario que simulaba arena, que levantaba polvo, se movía a su propio ritmo, como si estuviese conectado sólo consigo y sus sensaciones pero de repente, casi imperceptiblemente, los cinco cuerpos se unían en un solo ritmo, en los mismos movimientos…tal vez en la misma espera en la que todos hemos estado inmersos, en una espera de algo que no llega…una voz, una llamada, lo que se representa con un teléfono a un lado del escenario; todos los danzantes llegan hasta él en momentos diferentes, pero no logran tenerlo por completo, no logran encontrar esa voz que tanto esperan.

¿Y hacia el final? Un tiempo que parece detenerse en el escenario, movimientos lentos por parte de los bailarines, unos últimos encuentros entre ellos, unas últimas miradas, un teléfono que jamás sonó, una voz que no se escuchó y la oscuridad en el escenario que indicaba que algo, tal vez, había llegado a su fin.

*Comentario Express es un ejercicio que queremos hacer durante la Fiesta de las Artes Escénicas y que consiste en escribir, tan pronto como podamos, nuestras apreciaciones y emociones con respecto a las obras que vamos viendo. ¡Esperamos que lo disfruten!

sábado, 22 de agosto de 2015

Sobre “Mujeres en el baño” de Teatriados


"Mujeres en el baño" Foto de Teatriados.

Cuando se trata de cine, hay días en los que uno tiene ganas de ver algo como “Inception” o de darle una repasada a “El Padrino”. Pero también hay otros, tipo domingo por la tarde, en que preferimos cualquier comedia romántica con Ryan Reynolds o que nos cae mejor un poco de humor británico.

Tratándose de teatro nos engañemos: hay días en que no estamos de ánimo para una tragedia isabelina, sobre todo después de una jornada laboral de mierda o de botar el celular en un taxi luego de discutir con la mamá. Para esos días es que existen obras como “Mujeres en el baño”.

Esta obra, llevada a escena por Teatriados, fue escrita por la argentina Mariela Asensio en 2008, una dramaturga contemporánea que hace relativamente poco emergió del circuito independiente de Buenos Aires, para llegar a los teatros de la Avenida Corrientes, esa calle donde los colombianos nos tomamos foto con el Obelisco de fondo, pero que es en realidad el gran boulevard del teatro comercial en la capital Argentina. Sí, algunos dramaturgos aún no han muerto, tienen menos de 40 y son chicas muy guapas.

La versión de “Mujeres en el baño” de Teatriados fue dirigida por Diego Saldarriaga y lleva ya dos años en el repertorio del grupo. Fui el pasado sábado 11 de julio a ver esta función solo, porque la invitada me dejó plantado, quedando ahí,  a mi suerte, con cuatro mujeres en un baño y una sala llena, a reventar de público. Después de los tres timbres de rigor hacen su entrada triunfal los cuatro actores, en el papel de las protagonistas, y es ahí cuando crees estar en un show drag queen, pero es solo una falsa percepción, más operada por el prejuicio. Al cabo de unos minutos, cuando  ya la mariconada queda superada, estás frente a cuatro mujeres increíbles, con historias sencillas y divertidas, una que otra muy extraña, pero sobre todo con algo para contarnos.

Un punto fuerte de esta obra son los personajes. Si bien hay arquetipos que fundamentan la creación de estos, lo cierto es que no son un cliché, no del todo: hay drama, se sufre un poco, se ríe mucho y se comparte la intimidad de esta habitación a través de cuatro historias bien hiladas por la música y las luces.

La seriedad en la actuación de estas chicas (o chicos, qué más da) y los contrastes en los personajes están además bien adornados: el vestuario y el maquillaje tienen muy buen acabado y dan el toque necesario para hacer más creíble la representación. La escenografía de la obra es poca pero suficiente. Tal vez (y aquí viene uno de los “peros”) los cambios de luz entre acto y acto fueron muy rápidos, algo así como de discoteca, y aunque no fue nada que llegara a arruinar una escena si tienen mucho por aprovechar en estos lapsus.

Hay muchas maneras de hacer comedia contemporánea en la que es muy posible ser ridículo o caer en fórmulas facilistas. Sé que pensarán que cuatro hombres disfrazados de mujeres es precisamente eso, fácil y ridículo, pero lo que quiero decir es que estos chicos hicieron difícil lo que parece fácil: lograron convencernos de que son mujeres, sin ser tan extravagantes y nunca se salieron de sus personajes. La clave está en que el discurso es femenino y los actores han sabido retratar sus matices, evitando parecer que ridiculizan a las mujeres que interpretan, siendo cada uno de ellos su propia versión de mujer.

El segundo “pero” (son solo tres) no tiene que ver con la obra en si, sino con el espacio escénico. Si bien la sede que tienen les basta y sobra, creo que el nivel de producción de Teatriados, sus terminados en escenografía y atrezo, además del convencimiento que imponen en la representación, les van pidiendo una sala un poco más holgada, no tanto para ellos, que son capaces de montar una obra hasta en un hueco de la pared, sino más amplia para la visual del público, que siempre ve hacia un espacio muy corto para la actuación, sea a lo ancho o de fondo.

El tercer y último “pero” es que no dan programa de mano ni hay una ficha técnica de la obra disponible en ningún lado, cosa útil para poder saber quienes son los actores del elenco o al menos para que ellos puedan dar las gracias a Luz Marina y su equipo de trabajo.

Por otra parte, creo que hay que destacar que, a pesar de su escenario estrecho, es una sala cómoda, agradable, que se preocupa por dar buen servicio y atención: otras cosas que nada tienen que ver con la obra, pero que hacen de ir a Teatriados una buena experiencia en el global: si no te gusta una obra, la comida sí es muy buena.

“Mujeres en el baño” la recomiendo para quienes quieran ver una comedia, que sin ser muy light, invite a un poco a la reflexión sobre lo que es femenino y masculino, sobre la cotidianidad y el desamor, pero sobre todo, la recomiendo para quien necesite reírse, quitarse un mal día de encima o quien quiera hacerle un gran cierre a una buena jornada. También para quien desee ver un teatro de corte comercial, aún con cierto aire independiente, que tiene algo más que solo buscar la risa fácil.

Ahora estrenan nueva obra: “El Claustro”, que promete seguir con la misma veta cómica de su teatro y de la exploración de este tipo de montajes. Estará en temporada hasta el 26 de septiembre. Lo bueno es que se puede reservar por su página web.

Como la invitada no fue, se perdió del famoso “combo teatral” de Teatriados. Aquí les dejo una mala foto de la hamburguesa que me comí y que viene incluida con la entrada, a un precio especial para quien le interese. Te la perdiste María Fernanda.



jueves, 20 de agosto de 2015

¡Todos pa la playa con "mi hermana, la pintura"!



Uno de los eventos más llamativos de la Fiesta de las Artes Escénicas es la Comparsa Inaugural, que cada año se toma la Avenida La Playa para llenarla de teatro, de movimiento y de color. Este año, el tema elegido fue "Mi hermana la pintura" y John Viana, representante de Medellín en Escena, nos acompañó para contarnos todos los detalles.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Ya viene la "Onceava Fiesta" de las Artes Escénicas



Ana Cecilia Hernández, directora ejecutiva de Medellín en Escena, asociación de salas que organiza la Onceava Fiesta de las Artes Escénicas (el error es de ellos y nos hemos divertido bastante de cuenta de él), nos acompañó en esta emisión para hablar de las obras y los eventos que traerá esta versión.

sábado, 1 de agosto de 2015

Cuenteros "encantadores" en Medellín

Cuando comienza el bullicio propio de la Feria de las Flores, comienza también una fiesta de la palabra. Es el Festival Entre Cuentos y Flores, que este año cumple 15 primaveras y que celebrará con los cuenteros internacionales que se han llevado, en versiones anteriores, el premio al Cuentero más encantador.

Seguimos 'monologando' con Fernando Zapata



Como el tiempo no nos alcanzó en el anterior programa, Fernando Zapara aceptó nuevamente nuestra invitación para seguir conversando con él sobre el arte de hacer monólogos.