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Foto: Sara Jurado / Medellín en Escena |
Obra: Angelitos Empantanados
Grupo: Matacandelas
¿Dónde la vio? En el Teatro Pablo Tobón
¿Cuándo? El sábado 22 de agosto
Para conmemorar los 20 años del estreno de la obra Angelitos Empantanados, creada y dirigida por el Teatro Matacandelas y basada en la novela del mismo nombre escrita por Andrés Caicedo, la Onceava Fiesta de las Artes Escénicas llevó a uno de los teatros más grandes de la ciudad, el Pablo Tobón Uribe, su puesta en escena.
La sensación de ver “Angelitos” desde la parte trasera de un teatro tan grande como éste es bastante distinta de aquella que experimenté la primera vez que la vi (en la segunda fila de aquella “salita” del Matacandelas, que ahora se encuentra demolida para dar paso a una con mejores condiciones técnicas).
Esta vez pude captar un efecto visual –no sé si “luminotécnico” sea la palabra más adecuada– que, tal vez, la distancia que me separaba del escenario me permitió ver como no lo había hecho las 5 ó 6 veces anteriores: la protagonista de la obra, Angelita, se enmudece ante la voz de su “fantasma” y el protagonista, Miguel Ángel –o Angelito, como lo llamó Berenice– lo hace ante el recuerdo de la voz de su madre; en ambos momentos la combinación de luces hace que los personajes mudos empalidezcan y esto me recordó la sensación de una película “a blanco y negro”. Fue un efecto y una sensación que me atraparon aún más en lo que ocurría en este escenario.
Esta vez pude captar un efecto visual –no sé si “luminotécnico” sea la palabra más adecuada– que, tal vez, la distancia que me separaba del escenario me permitió ver como no lo había hecho las 5 ó 6 veces anteriores: la protagonista de la obra, Angelita, se enmudece ante la voz de su “fantasma” y el protagonista, Miguel Ángel –o Angelito, como lo llamó Berenice– lo hace ante el recuerdo de la voz de su madre; en ambos momentos la combinación de luces hace que los personajes mudos empalidezcan y esto me recordó la sensación de una película “a blanco y negro”. Fue un efecto y una sensación que me atraparon aún más en lo que ocurría en este escenario.
Como siempre, la energía de un grupo como el Matacandelas, la combinación de salsa, rock, luces, fragmentos de otras obras de Caicedo, El Pretendiente, Cali, teatro, estridencia, serán razones para que esta obra logre cautivarme, para que cada vez que termine de verla piense “¿cuándo será la próxima?”, para antojarme de salir corriendo a releer a Caicedo y para sentir un poquito de nostalgia por no haber vivido en aquélla Cali de los años 60.
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